Los caballos deben ser aseados a diario. Para quitarles el pelo suelto, la suciedad y mantener una higiene.
Es algo que forma parte de socializar con el caballo. Durante 15 o 20 minutos es recomendable hacerlo a diario estamos entablando una amistad con el caballo.
El caballo es muy sensible a los roces. A través del roce que tengamos al limpiarlo el caballo se familiariza con nosotros, aprende a respetarnos y confiara mas en nosotros.
Antes de montar: Le colocamos la cabezada o el martigon y lo llevamos al lugar donde vamos a limpiarlo.
Primero limpiamos los cascos sin olvidarnos de la zona de la ranilla.
La limpieza del casco es importante porque es una zona donde pueden clavarse objetos produciendo heridas de gravedad; ademas en ellos se suele acumular estiércol, lo que los convierte también en un foco de infección si no están perfectamente limpios.
Después de limpiar los cascos, para cepillar al caballo utilizamos primero la almohaza moviéndola en forma círcular enérgicamente para sacar bien la suciedad y despues pasamos el cepillo a favor del pelo. Este paso es importante, ya que al limpiar el pelo de sudor seco y suciedad, evitaremos muchos problemas en la piel del caballo. Tambien se usa un peine para desenredar la crin y la cola del caballo.
Después de montar: Es importante darle un baño a la zona inferior de las patas siempre desde el casco hacia arriba (en invierno) y en verano bañarlo por completo. Es importante, aunque haga frió, lavarle bien las manos y las patas después de haber montado al caballo, ayuda a enfriar los tendones y a relajarse después del esfuerzo, y se pueden evitar posibles lesiones.
Si hemos bañado al caballo completamente es recomendable usar un limpia sudor para escurrir el agua.
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